Para cuando estás tentado

Carta a un hijo que está queriendo dejar la vida mundana y lucha contra las tentaciones

Querido hijo quiero escribirte estas palabras para alentarte en tu camino de conversión, sé que tienes muy buenos deseos, que quisieras salir muchas veces de ese pecado recurrente que es como un fango en el que has caído y que entre más intentas esforzarte por salir, más sientes que te hundes, sé que hay días malos en lo que probablemente parece que no vale la pena el esfuerzo, te viene a la mente luego la idea de que es imposible vida en la pureza, en la honradez, en la mansedumbre o cualquier virtud, te parece que quizás será para otros, pero hijo mío te recuerdo que la santidad está al alcance de todos. Y es que no olvides nunca que no se trata sólo de dejar el pecado, sino que vivas conforme a tu identidad de hijo de Dios.

Me duele verte así, como con un pie en el mundo y otro en la Misa, como aquel que no se termina de decidir, sabes muy bien a lo que el Señor te está invitando, te da tantas oportunidades para acoger su gracia y que finalmente te decidas por Él. No te marches como el joven rico, que atado por sus bienes se marchó triste. Quédate con el Señor, no te alejes, visítale en la capilla del Santísimo frecuentemente, descubre como habitar de continuo en la presencia del Santo de los santos te renueva. Recuerda que los cristianos tenemos una esperanza que nos anima, nuestra vida no acaba con este mundo, sino que se transforma, todo lo que haces en el tiempo tiene consecuencias en la eternidad.

Sigue el consejo de la Sagrada Escritura que se nos presenta numerosas veces en los salmos, toma distancia del impío y malvado, es cierto que estamos llamados a amar a todos, pero un corazón que comienza a forjarse en la virtud necesita primero ser cultivado en un ambiente seguro, sino fácilmente vuelve a su vileza, esto aplica también hasta para los contactos que tienes agregados en tus redes sociales. «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres» (1 Co 15, 33). Es importante que recuerdes que los que se juntan para hacer el mal no son realmente amigos, se parecen más a los demonios que no se ayudan porque se quieren sino porque son cómplices de fechorías. En todo camino de conversión hay un período de soledad que hemos de atravesar, pero recuerda que no es una soledad vacía sino una soledad habitada porque ahí comenzarás a encontrar a Aquel que tanto anhelas.

 Rompe los pactos mentales que es hecho interiormente: “siempre he sido así” “no puedo cambiar” “mi abuelo fue así, mi padre fue así, yo también” “es imposible” no olvides que nuestro Dios hizo concebir a mujeres estériles, venció ejércitos numerosos con pocos hombres, resucitó muertos, sanó enfermos, se forjó un pueblo entero a partir de un hombre anciano entrado en años, dividió en dos el mar rojo para que cruzara Israel, ha hecho tantos signos y prodigios que te mostrará que para Él todo es posible.

El mundo te seduce y atrae, pero no olvides sus placeres sólo duran lo que dura la acción ¿y después como quedas? Destruido, sumido en la tristeza y angustia, insatisfecho. Cuando el mundo no logra lo que se propone de este modo te perseguirá, se burlarán de ti, te humillarán, querrán hacerte sentir miserable, pero recuerda que Cristo ya ha vencido, y que si morimos con Él, reinaremos con Él.

La vida en castidad, obediencia a la Palabra, honestidad, humildad, mansedumbre, generosidad, caridad, es mi querido hijo lo más connatural a ti. Tú has sido creado para el bien, esa la verdad sobre ti, cuando te dejas arrastrar por el pecado vives en la mentira, en la irracionalidad, sé que cuesta redescubrir esta dimensión muchas veces, pero no te imáginas que grande es la paz de una conciencia que no nos acusa, no te imaginas cuanta libertad hay en un corazón que ordena sus afectos, cuan profunda es la mirada limpia y pura que incluso te hace percibir las realidades creadas en un modo nuevo y diferente.

Anímate a amar de verdad, no pierdas tiempo, mira que sí se puede, Dios no pide imposibles, y aun si los pidiera Él da la gracia para vivirlos, deja todo aquello hijo, mira con cuanto amor te escribo estas palabras, y si yo te quiero tanto ¡cuánto más te ama el Señor! Consulta la Palabra descubre como acaba el impío y como al honrado lo protege el Señor. Contempla el testimonio de los santos, ellos nos muestran que sí es posible una vida según Dios. Y cuando sientas que estas por desfallecer el confesionario también es lugar para recibir una palabra de aliento.

Hay mucho que podría ayudarte, la confesión frecuente quizás cada 8 días ¿Por qué no? Así lo aconsejaban san Pío de Pietrelcina y san Francisco de Sales, de san Juan Pablo II se dice que no pasaban dos semanas sin que acudiera al confesionario, no temas llegarte a ella, que Dios no se cansa de perdonar. Es cierto que es necesaria siempre en caso de pecado mortal, pero ¿por qué esperar a cometerlo? recuerda que este sacramento también tiene el efecto de fortalecernos y prevenirnos de nuevas caídas, aparte que recibimos del sacerdote una palabra de aliento, son tantos los bienes que nos vienen de ella decía el papa Pío XII en su encíclica sobre la Iglesia “para progresar cada día con mayor fervor en el camino de la virtud, queremos recomendar con mucho encarecimiento el piadoso uso de la confesión frecuente, introducido por la Iglesia no sin una inspiración del Espíritu Santo: con él se aumenta el justo conocimiento propio, crece la humildad cristiana, se hace frente a la tibieza e indolencia espiritual, se purifica la conciencia, se robustece la voluntad, se lleva a cabo la saludable dirección de las conciencias y aumenta la gracia en virtud del sacramento mismo” (Mystici Corporis 39).

Junto a ello prueba venir a la santa Misa entre semana no hay como la Santa Comunión para robustecer el alma, y cuando no puedas date una vuelta por la capilla de adoración pasa tiempo con el Señor verás como el arroja luz y disipa tiniebla, mi experiencia ha sido que en medio de las confusiones que nos aturden y perturban, que nos inquietan y desalientan y que por tanto nos hacen perder la fuerza en el caminar y nos ponen en ocasión de pecado, es Cristo Verdad quien nos hace poner los pies sobre la tierra e ilumina nuestro interior y nos muestra el camino fuera del sepulcro en el queremos enterrarnos tantas veces.

Te comparto las palabras que decía san Francisco de sales hablando al alma cristiana sobre la comunión frecuente:

«Si los mundanos te preguntan por qué comulgas con tanta frecuencia, diles que lo haces para aprender a amar a Dios, para purificarte de tus imperfecciones, para consolarte en sus aflicciones, para apoyarte en tus debilidades. Diles que son dos las clases de personas que han de comulgar con frecuencia: las perfectas, porque, estando bien dispuestas, faltarían, si no se acercasen al manantial y a la fuente de perfección, y las imperfectas, precisamente para que puedan aspirar a ella; las fuertes, para no enflaquecer, y las débiles, para robustecerse; las enfermas, para sanar, y las que gozan de salud, para no caer enfermas; y tú, como imperfecta, débil y enferma, tienes necesidad de unirte, con frecuencia, con tu perfección, con tu fuerza y con tu médico. Diles que los que no están muy atareados han de comulgar con frecuencia, porque tienen tiempo para ello, y que los que tienen mucho trabajo también, porque lo necesitan, pues los que trabajan mucho y andan cargados de penas, han de tomar manjares sólidos y frecuentes. Diles que recibes el Santísimo Sacramento para aprender a recibirlo bien, porque no se hace bien lo que no se hace con frecuencia. Filotea, comulga mucho, tanto cuanto puedas, con el parecer de tu padre espiritual; y, créeme, las liebres de nuestras montañas, en invierno, se vuelven blancas porque no ven ni comen más que nieve; y tú, a fuerza de adorar y comer la belleza, la bondad y la pureza misma, en este divino Sacramento, llegarás a ser toda hermosa, toda buena y toda pura.» (Introducción a la vida devota, II, cap.22)

Cultiva la oración personal, un misalito trimestral ayuda mucho a meditar la palabra, pero aparta tiempo para el Señor, recuerda ser intencionales en el camino de conversión significa también estar dispuestos a librar el combate de la oración. Si quieres un consejo para evitar distracciones y perseverar recuerda un diario espiritual puede ser de mucha ayuda, ahí puedes anotar lo que piensas, las mociones que el Señor suscita en ti, quizás algún versículo que te llama la atención, esto te permitirá evitar las disipación y ordenará tu pensamiento, no se trata que elabores una gran homilía, de hecho se trata de llegar a ser un instrumento de diálogo, para esto te aconsejo tinta y papel, los medios electrónicos pueden presentar mucha distracción. Puede ser que te sientas inclinado a escribir páginas enteras u otras veces algún párrafo no más, lo importante es perseverar. Un diario espiritual es entre tú y el Señor, claro que puedes compartirlo con tu padre espiritual, pero se trata de algo privado “Secretum meum mihi” decía una antigua traducción del capítulo 24 de Isaías, literalmente significa “Mi secreto es para mí” los santos acostumbraban citarlo para recordarnos que hay cosas tan íntimas en el amor que han de cuidarse y reservarse, así hay puntos en nuestra relación con el Señor tan delicados que han de cuidarse como quien guarda un tesoro, pero recordemos al padre espiritual y confesor, no se le oculta nada.

Y con ese último punto quiero decirte también hijo mío, no te guardes nada del padre espiritual, él es un verdadero padre que el Señor te ha puesto para acompañarte en el camino, nadie es buen juez de sí mismo, nos ayuda a evitar la soberbia y el autoengaño pero también nos recuerda que Dios actúa en nuestra vida y que no todo está destruido, si te sientes atribulado, si no hayas que hacer, si no encuentras fuerzas, no te quedes callado, habla, pide ayuda, no podemos solos en este caminar, verdadero un padre espiritual sólo procurará tu bien de cara al Señor.

Hay quienes nos hacen pensar que en el pasado era más fácil ser cristiano, que existían menos tentaciones, no lo sé hijo, siempre que he leído vida de santos o historia de la Iglesia he visto que todo período ha tenido su tribulación, no hay cristianismo sin cruz, pero tampoco hay cruz sin gracia de resurrección, si los tiempos arrecian en tentaciones también hay mucha oportunidad para recibir la gracia, medios de transporte que nos facilitan ir a la parroquia, capillas de adoración, libros de espiritualidad disponibles tan fácilmente en línea, biblias por doquier, recursos de formación como podcasts y conferencias, retiros y grupos parroquiales, la posibilidad de visitar santuarios y las tumbas de los mártires como san Óscar Romero para pedir una gracia, muchas veces tenemos una mirada muy pesimista de la historia, recuerda el cristiano es el hombre de la esperanza no te dejes llevar tan fácilmente por el derrotismo, Dios te quiere feliz y si te llama a la conversión es porque te da lo medios para que puedas vivirla con intensidad y llegues así a la plenitud para la que Él te ha creado.

Combate hijo, no desesperes, ánimo, el Señor va con nosotros, que podríamos temer, no te eches para atrás, y si en algún momento caes, sientes que ya no puedes, no temas derramar algunas lágrimas en tu oración, pero vuelve pronto al camino del Señor que nunca te abandona, como dice una antífona de la Liturgia “apártate del mal y haz el bien, al honrado lo protege el Señor”.