Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía. Amén
Todo a Jesús por María
El Ángel del Señor anunció a María…
Sabemos que los acontecimientos comunicados por san Gabriel se desarrollaron en la historia de la humanidad hace ya más de dos mil años, en aquella joven humilde de Nazareth vino a habitar Aquel a quien cielos y tierra no pueden contener, ella, la elegida del Señor para ser Madre del Redentor no tuvo un rol meramente pasivo y transitorio en la historia de la Salvación, su fiat no tuvo consecuencias sólo en el período histórico en el que transcurrió su vida terrena, sino que se prolonga aún después de su gloriosa Asunción a los cielos, la relación con los discípulos de su Hijo tampoco se limita sólo al momento descrito por los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, sino que continúa con todos los hombres como Madre de la Iglesia y Nueva Eva.
Este breve escrito busca mover al lector a contemplar las grandezas que el Señor ha obrado en la Bienaventurada Virgen María y como ella, en cuanto Madre nuestra por voluntad de Jesucristo (cf. Jn 19, 26) continúa a tener un rol importante en nuestro itinerario de santidad.
Nuestra meditación se divide en dos partes:
Por un lado, hemos preparado una breve reflexión sobre los fundamentos de la relación de María Santísima con los demás miembros de la Iglesia, y en qué sentido decimos ella influye en el proceso de santificación de los mismos, por su maternidad divina y espiritual, por su cooperación en la obra de la redención y por ejemplaridad para todos los cristianos, concluye esta primera parte con una presentación de la Consagración mariana como un ejercicio en el cual los cristianos nos colocamos en una relación especial con la Reina del Cielo.
Por otro, ofrecemos al lector una serie de meditaciones que tienen por objeto las principales fiestas litúrgicas en honor a santa María, de modo que puedan ser utilizadas como un recurso para estimular la vida oración y la piedad filial hacia quien nos fue entregada como madre nuestra en el día glorioso en Cristo ofreció su vida para nuestra salvación.
Esperamos que este esfuerzo ayude a muchos hermanos en la fe a profundizar y redescubrir el tesoro valioso que Dios, nuestro Señor, nos ha dejado en Nuestra Buena Madre.
A continuación presentamos los enlaces a seguir para las meditaciones
Parte I – La Bienaventurada Virgen María y nuestra Santificación
1.1 Maternidad divina y espiritual
1.2 Cooperación en la obra de la redención
2. María, mediadora de todas las gracias
3.2 Dones del Espíritu Santo en María
4. Devoción y Consagración a María
Parte II – Meditaciones para las celebraciones litúrgicas
1 de enero – Santa María, Madre de Dios
2 de febrero – Presentación de Jesús en el Templo
25 de marzo – Anunciación del Señor
13 mayo – Nuestra Señora de Fátima
24 de mayo – María, auxilio de los cristianos
31 de mayo – Visitación de santa María a santa Isabel
Sábado después del Sagrado Corazón de Jesús – Inmaculado Corazón de María
15 de agosto – Asunción de María
22 de agosto – Santa María Reina
8 de septiembre – Natividad de María
12 de septiembre – Dulce Nombre de María
14 de septiembre – Nuestra Señora de los Dolores
7 de octubre – Nuestra Señora del Rosario
21 de noviembre – Presentación de María
8 de diciembre – Inmaculada Concepción de María
12 de diciembre – Nuestra Señora de Guadalupe
“…De María nunca sabremos lo suficiente”
Dios ha hecho grandes obras en María, nunca podremos agotar las bendiciones nos han sido dadas a través de ella. Como Madre solícita se encuentra siempre al cuidado de sus hijos, atendiendo a sus necesidades e instruyéndolos en el camino del bien.
Queremos concluir citando unas palabras que afirmaba el entonces Cardenal Ratzinger, posteriormente Papa Benedicto XVI, en una entrevista en la cual revalorizaba la fe sencilla de los que se acogen al amparo de la Reina del Cielo.
«Cuando yo era un joven teólogo, antes e incluso durante las sesiones del Concilio, como sucedió y como le sucede todavía hoy a muchos, yo alimentaba algunas reservas sobre algunas fórmulas antiguas, como por ejemplo, la famosa «de María numquam satis» – “de María nunca sabremos lo suficiente”- Esta me parecía exagerada.
También tenía dificultad para comprender el verdadero sentido de otra expresión famosa (tan repetida en la Iglesia desde los primeros siglos, cuando después de un memorable debate – el Concilio de Efesio del 431 se había proclamado a María Madre de Dios) que ve a María “victoriosa frente a todas las herejías”.
Hoy, en este periodo de confusión en la que todo tipo de desviaciones heréticas vienen a golpear a la puerta de la fe auténtica, hoy apenas he comprendido que no se trataba de una exageración de devotos, sino de verdades más que nunca válidas»[1]
IMG: «Santa María con el Niño» del Sassoferrato
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[1] Palabras del entonces Card. Joseph Ratzinger, ahora Papa Emérito Benedicto XVI en Entrevistas sobre la Fe, Vittorio Messori – Fayard 1985