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El Sermón de la Montaña, conocido como la Carta Magna o la Hoja Ruta de la vida cristiana, es ciertamente uno de los tesoros que han brotado el Corazón Sacratísimo de Nuestro Señor Jesucristo, acercarnos a estas palabras contenidas en los capítulos 5, 6 y 7 del evangelio de san Mateo es contemplar con una mirada sobrenatural la existencia de todo bautizado, al llevar a la vida lo que ahí se contiene nuestro corazón latirá al ritmo del Amor del Corazón de Jesús.
La Iglesia a través de los diferentes tiempos litúrgicos busca poner a disposición de sus hijos todo tipo de gracias para que progresen en camino hacia el cielo. La vocación a la santidad de la cual gozamos por la gracia de Dios, supone ciertamente un disponernos a colaborar desde nuestra libertad a la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas. Por ello continuamente somos invitados a la conversión del corazón, de modo que todo nuestro ser y hacer esté direccionado hacia la gloria del Padre.
Un año litúrgico nuevo implica también una preparación para vivir los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo que celebramos. El adviento marca el inicio de todo el calendario, caminamos junto a san José y María santísima en la dulce espera del nacimiento del Salvador, acontecimientos que recordamos cada año, no como un hecho más sino con un profundo sentido de agradecimiento. «Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida (cf. Ap 22, 17)…» Catecismo de la Iglesia Católica, n.524
Este breve escrito busca mover al lector a contemplar las grandezas que el Señor ha obrado en la Bienaventurada Virgen María y como ella, al ser también Madre nuestra, continúa a tener un rol importante en nuestro itinerario de santidad.
Existen santos en la vida de la Iglesia que aparentemente pasan desapercibidos, sin embargo, su presencia es sumamente importante, entre ellos destaca de un modo especial san José, quien fue elegido por Dios para ser custodio y padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo. A continuación, presentamos una pequeña antología de textos con los cuales queremos acercarnos a contemplar a nuestro santo. Siendo una composición de dos raíces griegas anthos, que quiere decir “flor”, y legein, que quiere decir “selección, enumeración”, la palabra antología quiere transmitir la idea de un conjunto o selección de flores. Pues como quien se acerca con un ramo de hermosas flores para adornar su imagen así queremos nosotros colocar los testimonios de diferentes maestros de la fe sobre este Glorioso Patriarca que lo consideran un gran maestro de vida espiritual, otros un intercesor grandioso y hay quienes se maravillan en la contemplación de sus virtudes.