Viacrucis con san Óscar Arnulfo Romero

(Viernes de dolores)

Monición: Nos disponemos a contemplar la vía dolorosa que recorriese nuestro Señor Jesucristo camino de la Cruz, en esta ocasión lo hacemos meditando algunos textos de san Óscar Romero que nos ayuden a reflexionar mientras subimos al calvario con Jesús, vamos ofrecer esta oración en primer lugar para expiar nuestros pecados y los del mundo entero, en segundo lugar, para pedir por los jóvenes y las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, y en tercer lugar, para interceder por todos los que sufren a causa de la enfermedad o de la soledad en nuestra parroquia.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Acto de Contrición

Dios mío yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno, propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

Comenzamos nuestra procesión, en el nombre de Cristo, Amén.


1ª estación: Jesús es condenado a Muerte

V. Te adoramos, ¡oh, Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según san Marcos 15,12-13.15

Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?» Ellos gritaron de nuevo: «Crucifícalo». Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

“Cristo es para mí sabiduría, justicia, santificación, redención. ¿Qué más quiero? Quiero que todos sigan a este Cristo que todos sintamos que esta es la verdadera grandeza y el verdadero apoyo de nuestra Iglesia” (San Óscar Romero, homilía del 29 de enero de 1978)

Oración: Al comenzar la subida al Calvario quiero renovar mi propósito de seguirte con fidelidad Jesús, quiero ser tu discípulo, con la confianza de saber que si contigo comparto los sufrimientos en Cruz también contigo compartir la dicha de la nueva vida en la gloria de la Resurrección. Jesús, concédeme la gracia que necesito para permanecer y perseverar como buen cristiano a pesar de mis debilidades.

Padre Nuestro…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

2ª estación: Jesús con la cruz a cuestas

V. Te adoramos, ¡oh, Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según San Marcos 15,16- 20

Los soldados lo condujeron dentro del patio, es decir, el pretorio, y convocaron a toda la cohorte. Lo vistieron de púrpura y le pusieron una corona de espinas que habían trenzado. Y comenzaron a saludarle: —Salve, Rey de los Judíos. Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían e hincando las rodillas se postraban ante Él. Después de reírse de Él, le despojaron de la púrpura y le colocaron sus vestiduras. Entonces lo sacaron para crucificarlo.

“El hombre no está hecho para la venganza, para el odio, para la violencia, sino para la reconciliación, para el amor, para el perdón. Y en la medida en que nosotros perdonamos, así le decimos a Dios: perdónanos, como nosotros perdonamos” (San Óscar Romero, 19 de enero de 1978)

Oración: Jesús, eres maltratado por aquellos soldados y sin embargo no respondiste con venganza al insulto, sino que te mostraste como Aquel que es plenamente dueño de sí, que también yo pueda vencer como tu el mal a fuerza de bien, que aprenda como la verdadera fuerza del hombre no está en el desahogo violento de cóleras mal sanas, sino en el que es manso y humilde pues tu dijiste “bienaventurados los mansos porque ellos heredarán la tierra” (Mt 5, 5)

Padre Nuestro…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

3ª estación: Jesús cae por primera vez

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del profeta Isaías 53,3-5

Despreciado y rechazado de los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento; como de quien se oculta el rostro, despreciado, ni le tuvimos en cuenta. Pero Él tomó sobre sí nuestras enfermedades, cargó con nuestros dolores, y nosotros lo tuvimos por castigado, herido de Dios y humillado. Pero Él fue traspasado por nuestras iniquidades, molido por nuestros pecados. El castigo, precio de nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus llagas hemos sido curados.

“Dichoso el que escucha ese llamado de Dios: ven, deja tu vida de pecado, deja esa situación comodona de tu dinero, de tus haciendas de tus cosas en las cuales te quieres instalar, deja las cosas que solamente dan felicidad en la tierra y sigue el derrotero que te voy a mostrar; entrégate a la fe, entrégate al amor, vive el amor porque sin amor de nada sirve tener. El amor es el que le da al hombre su verdadero desarrollo” (San Óscar Romero 19 de febrero de 1978)

Oración: Jesús ante ti no puedo mentir, Tú me conoces, sabes que a veces tropiezo y otras veces caigo, pero te suplico que me ayudes siempre a levantarme, yo confiaré en ti y no temeré, en medio de mi debilidad, en medio de mi miseria, en medio de la tribulación quiero decirte una vez más “heme aquí, Señor para hacer tu voluntad”.

Padre nuestro…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

4ª estación: Jesús encuentra a su Madre

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según san Lucas 2,34-35.51b

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Éste ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción, y a ti misma una espada te traspasará el alma, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Su madre conservaba todo esto en su corazón.

“Aquí está el secreto, hermanos, el dolor es inútil cuando se sufre sin Cristo, pero cuando el dolor humano continúa el dolor de Cristo, es dolor que sigue salvando al mundo, es dolor como el de María: sereno, lleno de esperanza, aun cuando todos desesperaban en la hora en que Cristo moría en la cruz. María serena, espera la hora de la resurrección. María, hermanos, es el símbolo del pueblo que sufre opresión, injusticia, porque es el dolor serenos que espera la hora de la resurrección, es el dolor cristiano, el de la Iglesia que no está de acuerdo con las injusticias actuales, pero sin resentimientos, esperando la hora en que el Resucitado volverá para darnos la redención que esperamos” (san Óscar Romero, 1 de diciembre de 1977)

Oración: Jesús, junto con María quiero seguirte hasta el final, aunque el dolor embargue el corazón, concédeme la fortaleza necesaria para dar siempre el siguiente paso y pueda así seguirte hasta la eternidad, aunque ello implica entregar mi propia vida, aquí estoy Señor, porque me has llamado.

Dios te salve María…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

5ª estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 26

Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.

“Así como Cristo florecerá en una Pascua de resurrección inacabable, es necesario acompañarlo también en una Cuaresma en una Semana Santa que es cruz, sacrificio, martirio y como Él decía ‘dichosos los que no se escandalizan de su cruz’. La cuaresma es un llamamiento a celebrar nuestra redención en ese difícil complejo de cruz y de victoria” (San Óscar Romero, 23 de Marzo de 1980)

Oración: Jesús te ofrezco en este día mis enfermedades, sufrimientos y penas del día a día en reparación por los pecados cometidos en el mundo entero, que pueda colaborar contigo en la obra de la redención, es imposible no sufrir en esta vida, pero que mi sufrimiento nunca sea desaprovechado, enséñame a sobrellevarlos con paciencia, yo me confiaré a tu Sagrado Corazón que sabrá aprovechar todo como un tesoro de amor.

Padre Nuestro…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

6ª estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del libro de los Salmos 27, 7-9

Escucha mi voz, Señor: yo te invoco; ten piedad de mí, respóndeme. De ti piensa mi corazón: «Busca su rostro». Tu rostro, Señor, buscaré.  No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo. Tú eres mi auxilio: no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación.

 “¿Cuándo vamos a comprender, queridos hermanos-yo el primero entre ustedes, pecador- que no son nuestros caprichos los que van a dar la solución de la verdadera felicidad? ¿Cuándo vamos a comprender que ‘sólo Tú, Señor tienes palabras de vida eterna’? Nunca es tarde para el amor de Dios” (25 de marzo de 1979)

Oración: Jesús, el mundo busca que viva de falsedades, todo son engaños y vanidad, filtros y máscaras que engañan, cuan pocos se animan a mostrar quienes son de verdad. Ayúdame Señor a saber reconocer tu rostro por la luz de la fe y la fuerza del amor, que no me deje llevar por las seducciones de felicidades aparentes, sino que sepa descubrir la verdadera alegría que viene de una vida conforme a tu palabra, que sepa descubrir como Tú revelas la auténtica imagen de lo que es el hombre, solo Tú revelas “plenamente el hombre al mismo hombre.” (Redemptor Hominis n.10)

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

7ª estación: Jesús cae por segunda vez

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del libro de los Salmos 22, 7-9.12-14

“Pero yo soy un gusano, no un hombre, oprobio de los hombres, desprecio del pueblo. Al verme, todos hacen burla de mí, tuercen los labios, mueven la cabeza: «Confió en el Señor: que lo salve Él, que lo libre, si es que lo ama» No te alejes de mí, que la angustia se acerca y no hay quien me socorra. Me rodea una manada de novillos, me cercan toros de Basán; abren sus fauces contra mí como un león que desgarra y ruge.

“El que comete pecado-dice la teología- rompe con el principio de su existencia y de su vida y, entonces, también rompe íntimamente; de modo que un pecador lleva en sí, el desorden. La triste experiencia nos dice qué amargo es el pecado, qué desorden sentimos dentro de nosotros, qué sin sabor, qué asco de nosotros mismos. Y el que no lo siente tiene lo peor, ya está desahuciado. Ojalá que en Cuaresma sintiéramos todos que algo se ha roto por dentro de nosotros mismos porque hemos roto con Dios. Y e esa ruptura íntima, de esa falta de paz en el corazón del pecado, surge otra ruptura: ruptura con los hombres…si hay divisiones, si hay tantas cosas que nos separan y han sembrado el odio, la violencia, es porque hay pecado. Es la ruptura consecuencia de la ruptura con Dios y si se está bien con Dios, también se ama al prójimo, aunque sea mi enemigo” (San Óscar Romero, 4 de marzo de 1979)

Oración: Amado Jesús, ayúdame a romper con el pecado, yo quiero vivir en amistad contigo, que pueda remover todo obstáculo que me aparte de ti, y unido a ti quiero ser vínculo de comunión entre mis hermanos, cuenta conmigo Jesús para hacer de este mundo un lugar mejor.

Padre Nuestro…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

8ª estación: Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén que lloran por Él

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 27-31

Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que lloraban y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: —Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos, porque miren que vienen días en que se dirá: «Dichosas las estériles y los vientres que no engendraron y los pechos que no amamantaron». Entonces comenzarán a decir a los montes: «Caigan sobre nosotras»; y a los collados: «Sepúltennos»; porque si en el leño verde hacen esto, ¿qué se hará en el seco?

“La sangre de Cristo no pudo brotar de una roca más bella que María, su propia madre. Esa mujer bendita que va a ser el principio y el modelo de todos los hombres que quieran ser salvos, se le entrega a José como esposa. Mediten aquí las que tienen esa dignidad en sus hogares, esposas, madres y así como lo sienten las esposas nobles en su hogar, eso siente María en el hogar de los hijos de Dios, eres la consejera, la conciencia, el calor de amor, la ternura, todo lo que vale una esposa en su hogar, una madre en su hogar, es María en la Iglesia” (San Óscar Romero, 19 de diciembre de 1977)

Oración: Jesús, aquellas piadosas mujeres nos muestran la fuerza de nuestra raza, ellas te siguieron aun en medio del dolor, hoy quiero encomendarte a tantas mujeres que siguen siendo tus testigos en medio de un mundo que muchas veces les persigue y buscar menospreciarlas, que tantas veces quiere acabar con ellas, que quiere destruir la grandeza de la maternidad que encierra su corazón, que quiere hacer de ellas un mero instrumento al servicio de los caprichos mal sanos de terceros. Amado Jesús que sepamos valorar a las mujeres de nuestra parroquia y de nuestras familias.

Dios te salve María…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

9ª estación: Jesús cae por tercera vez bajo el peso de la cruz

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del libro del profeta Isaías 50, 5-7

El Señor Dios me ha abierto el oído, yo no me he rebelado, no me he echado atrás. He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a quienes me arrancaban la barba. No he ocultado mi rostro a las afrentas y salivazos. El Señor Dios me sostiene, por eso no me siento avergonzado; por eso he endurecido mi rostro como el pedernal y sé que no quedaré avergonzado.

“Cuando el Evangelio, ya ha terminado el relato de la pasión, escribe san Juan: Él que lo vio da testimonio; y su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad para que también vosotros creáis’. Esta es la responsabilidad: tener fe y tener confianza. ¡Lejos de nosotros el pesimismo! ¡Lejos de nosotros la desesperación! Solo hace falta una cosa: que los redimidos tengamos fe, que los redimidos tengamos confianza en el Señor, que sepamos apreciar, con nuestra actitud cristiana lo que Dios ha pagado por nosotros, que sepamos apropiarnos los dones de la redención” (san Óscar Romero, 13 de abril de 1979)

Oración: Jesús que no desespere ante las dificultades y tribulaciones que se viven en el mundo, que no se me olvide que el bien siempre vence, que Tú ya has triunfado y que el camino de la Cruz es sólo la antesala de la Gloria de la Resurrección, ahí está mi esperanza, en ti confío yo.

Padre Nuestro…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

10ª estación: Jesús es despojado de sus vestiduras

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del libro de los Salmos 22, 15-19

Me derramo como el agua, se dislocan todos mis huesos; mi corazón se derrite como cera, se deshace en mis entrañas. Seca está como una teja mi garganta, y mi lengua, pegada al paladar; me echas al polvo de la muerte.  Me rodea una jauría de perros, me asedia una banda de malvados. Han taladrado mis manos y mis pies. Puedo contar todos mis huesos. Ellos miran, me observan, se reparten mis ropas y echan a suertes mi túnica.

“Es necesario un llamamiento a todo el pueblo de Dios, que desde el bautismo participa en esa prerrogativa de Cristo Rey, para hacer que las estructuras de la tierra, las conciencias de los hombres, la familia, todo lo que es el mundo, la sociedad, las orientemos para ponerlo bajo el imperio de Dios; la misma política, para que no se desvíe de su verdadero objetivo, sino para que oriente hacia Dios el gran papel de los cristianos. Atender a Cristo que los llama a reflexión frecuente para ver por dónde camina su responsabilidad y su vida, para hacer de nuestra vida un compromiso que sea verdadera colaboración del reinado de Cristo en el mundo” (San Óscar Romero 15 de julio de 1979)

Oración: Jesús que despojado de las vanidades mundanas pueda vivir para tu gloria, que pueda dirigir todo esfuerzo humano terreno hacia el fin último de una vida en ti. Jesús, que en ti espere, que te ame.

Padre Nuestro.

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

11ª estación: Jesús es clavado en la cruz

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según San Juan 19, 18-22

… lo crucificaron con otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. Pilato mandó escribir el título y lo hizo poner sobre la cruz. Estaba escrito: «Jesús Nazareno, el Rey de los judíos». Muchos de los judíos leyeron este título, pues el lugar donde Jesús fue crucificado se hallaba cerca de la ciudad. Y estaba escrito en hebreo, en latín y en griego. Los príncipes de los sacerdotes de los judíos decían a Pilato: —No escribas: «El Rey de los judíos», sino que él dijo: «Yo soy Rey de los judíos». —Lo que he escrito, escrito está —contestó Pilato.

“Nuestra religión es vida y esto es lo más hermoso que yo quisiera recordarles y quiero recordárselo con agradecimiento a Dios, porque el haber predicado esta religión como vida es lo que ha dado a muchos, que habían muerto en la fe, la resurrección y la vida. Vale la pena creer, vale la pena llegar a misa un domingo y alimentarse allí de palabras de vida, no porque las diga fulano o zutano sino porque son de Cristo el vivo por excelencia. Y entonces ¡ánimo, queridos hermanos! Yo sé que para muchos ha llegado la hora de la prueba y están cobardes, huyendo. Catequistas, celebradores de la palabra, gente que compartía con nosotros las alegrías de nuestras reuniones, los han asustado; gente que no creíamos, que la creíamos muy fuerte, está con miedo; pero es porque se han olvidado que es una religión de vida y que como vida tenía que chocar también con la vida, que no es la vida de Dios, pero que vive como reino de las tinieblas y del pecado en el mundo” (San Óscar Romero, 29 de octubre de 1978)

Oración: Jesús que no rechace tu cruz, enséñame a aceptarla, a abrazarla, a amarla. Que descubra como muriendo al pecado comienzo a vivir, como la vida brota de tu costado abierto, como tu Corazón se convirtió en un torrente de agua viva que transforma todo lo que toca, y como árbol junto al río pueda vivir siempre frondoso y dando fruto al tiempo oportuno.

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

12ª estación: Jesús muere en la cruz

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según San Lucas 23,39-49

Uno de los malhechores crucificados le injuriaba diciendo: —¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro le reprendía: —¿Ni siquiera tú, que estás en el mismo suplicio, temes a Dios? Nosotros estamos aquí justamente, porque recibimos lo merecido por lo que hemos hecho; pero éste no ha hecho ningún mal. Y decía: —Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino. Y le respondió: —En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso. Era ya alrededor de la hora sexta. Y toda la tierra se cubrió de tinieblas hasta la hora nona. Se oscureció el sol, y el velo del Templo se rasgó por la mitad. Y Jesús, clamando con una gran voz, dijo: —Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y diciendo esto expiró. (guardamos un momento de silencio)

El centurión, al ver lo que había sucedido, glorificó a Dios diciendo: —Verdaderamente este hombre era justo. Y toda la multitud que se había reunido ante este espectáculo, al contemplar lo ocurrido, regresaba golpeándose el pecho. Todos los conocidos de Jesús y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea estaban observando de lejos estas cosas.

“El Dios que se nos revela es un Dios que, aunque llame al pecador más grande a la última hora de su vida, el amor con que ese hombre retorna y reconoce a Dios…¿Recuerdan a Dimas, al buen ladrón? ‘Acuérdate de mi cuando estés en tu reino’; y Cristo a ese ladrón ajusticiado, le dice: ‘hoy estarás conmigo en el paraíso’ ¡Qué rico en perdón y en misericordia es Dios!” (San Óscar Romero, 24 de septiembre de 1978)

Oración: Jesús te pido por todos los alejados, por aquellos que se han enfriado en la fe, por aquellos que persiguen a la Iglesia, suscita en toda la gente que vive en nuestra parroquia un renovado deseo de conocerte, amarte y servirte, te compasión de nosotros que confiamos en tu bondad, sabiendo que nunca es tarde para volver a ti.

Padre Nuestro…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

13ª estación: Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre

V. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según san Juan, 19, 25-27

Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, le dijo a su madre: —Mujer, aquí tienes a tu hijo. Después le dice al discípulo: —Aquí tienes a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa.

“Mucha fe, la fe consiste en aceptar a Dios sin pedirle cuentas a nuestra medida. La fe consiste en reaccionar frente a Dios como María: no lo entiendo Señor, pero hágase en mí según tu palabra” (San Óscar Romero, 18 de diciembre de 1977)

Oración: Jesús, tu Santísimo Cuerpo es entregado a María, cuanto dolor embargaría su corazón, cuanta tristeza, y sin embargo ella al pie de la cruz se unía espiritualmente a tu santo sacrificio, ella señora de los dolores y reina de los mártires, sufre contigo y en medio de lo incomprensible persevera, espera, confía, que también yo pueda aprender de ella a saber llevar la tribulación como aquellos que saben que la victoria no viene de la astucia y estrategia humana sino del Señor Dios que hizo el cielo y la tierra.

Dios te salve María…

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

14ª estación: Jesús es colocado en el sepulcro

V. Te adoramos, ¡oh, Cristo! y te bendecimos

R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 50-56

Había un hombre llamado José, varón bueno y justo, miembro del Consejo, que no estaba de acuerdo con su decisión y sus acciones. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios. Éste se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Y lo descolgó, lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro excavado en la roca, donde nadie había sido colocado todavía. Era el día de la Parasceve y comenzaba a brillar el sábado. Las mujeres que habían venido con él desde Galilea lo siguieron y vieron el sepulcro y cómo fue colocado su cuerpo. Regresaron y prepararon aromas y ungüentos. El sábado descansaron según el precepto.

“Muerte que es pecado, que es mediocridad, que es injusticia, que es desorden, que es atropello de los derechos, que es desorden en todas las cosas humanas: todo eso tiene que quedar sepultado en la tumba del Señor y resucitar: pasar de la muerte a la vida. Vida quiere decir justicia. Vida quiere decir respeto al hombre. Vida quiere decir santidad, quiere decir todo ese esfuerzo por ser cada día mejor, porque cada hombre y cada mujer, cada joven, cada niño, vaya sintiendo que su vida es una vocación que Dios les ha dado, para hacer presente en el mundo. No sólo la maravilla de la creación es imagen de Dios sino la maravilla de la redención que es elevación de la sociedad, elevación de la amistad” (San Óscar Romero, 17 de abril de 1977)

Oración: Jesús, cuaresma es tiempo de pasar de la muerte a la vida, así quiero llegar en este viernes de dolores a ti, como aquel que en la penitencia y la oración ha buscado sepultar las obras y los criterios del hombre viejo para abrirme a la vida nueva de los hijos de Dios. Jesús, Tú lo sabes todo, sabes que te amo.

Padre Nuestro

V. Jesucristo fue obediente hasta la muerte

R. Muerte de cruz para salvarnos

Conclusión

“Acerquémonos a la Semana Santa, no con reminiscencias históricas, acerquémonos a la Semana Santa con un compromiso presente, sintiendo que yo, con mi nombre y apellido, tal como soy: con mis pecados y mis miserias, con mis ilusiones y mis esperanzas, con mis proyectos y fracasos; yo, mi familia, mi pueblo; esta patria de El Salvador con su problemática tan difícil, con sus injusticias y sus atropellos, pero también con su gente que reza y que espera. Esta historia concreta de 1979 se acerca a la Semana Santa del año, para celebrar la alianza con Dios. ¡No nos ha abandonado el Señor! Cada año nos invita a celebrar la Alianza Nueva.” (San Óscar Romero, 01 de abril de 1979)

Que por intercesión de san Óscar Romero podamos vivir el Evangelio con radicalidad y entereza, entregando nuestras vidas al Señor con la confianza en el que nos dará los auxilio necesarios para vivir según su Palabra.

San Óscar Arnulfo Romero. Ruega por nosotros.