📖 Juan 14,2-3
“En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando vaya y les prepare un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde esté yo, estén también ustedes.”
En sus últimos días, Santa Teresita hablaba con dulzura y confianza del cielo. Imaginaba su llegada ante Dios con la ternura de una niña pequeña. Esta imagen resume de manera conmovedora su espíritu de infancia espiritual: una confianza audaz, una sencillez luminosa, una caridad que no busca privilegios personales, sino la dicha de los demás.
Teresita no pensaba en el cielo como una recompensa individual, sino como el lugar donde podría interceder sin límites por todos los que amaba en la tierra. Su deseo de “hacer el bien desde el cielo” nace de esa íntima unión con el Corazón de Jesús, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tim 2,4). Su oración se hace eco de la petición de Cristo en la cruz: “Padre, perdónalos”, y también de su promesa: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23,43).
«Cuando esté en el cielo, me acercaré a Dios, como la sobrinita de sor Isabel ante la reja del locutorio. Ya sabes cuando reciba su felicitación y terminaba con una reverencia, levantando los brazos y diciendo «felicidad para todos los que amo». Dios me dirá «¿qué quieres hijita?» y yo contestaré: «felicidad para todos los que amo» y haré lo mismo delante de todos los santos» (6 de julio 1897)
Estas palabras no son un juego infantil: son una teología de la confianza absoluta. Santa Teresita no se presentará ante Dios con su confianza puesta en puros méritos acumulados, sino con los brazos vacíos y abiertos, pidiendo todo para los demás. ¿Y qué es el cielo, sino ese gozo compartido en el amor eterno? El caminito no termina con la muerte; desde allí, Teresita continúa repartiendo gracias a quienes caminan tras sus huellas.
Preguntas para orar:
¿Cómo imagino mi encuentro con Dios al final de mi vida? ¿Hay temor o confianza?
¿Qué deseo para las personas que amo? ¿Pido por su salvación y felicidad eterna?
¿He comprendido que la santidad no es perfección, sino confianza y amor?