(Tomado de mi tesis de Licencia en Teología Espiritual)
Introducción
Una vez considerado grosso modo el uso de la palabra “corazón” en la Tradición de la Iglesia, pasamos ahora a abordar el su uso específico en referencia a Jesús, para ello utilizaremos el testimonio que nos presenta la Sagrada Liturgia, sea en sus oraciones, sea en los textos de la Sagrada Escritura a los que recurre de modo propio, pues en la oración de la Iglesia encontramos también lo que ella cree, según el principio lex orandi lex credendi. A continuación, consideramos los textos observados en el rito romano y qué nos dicen acerca de éste misterio que se celebra tradicionalmente el viernes después de la fiesta de Corpus Christi y que puede ser ser conmemorado de modo especial a través de una Misa Votiva cualquier día del año en que estas sean permitidas.
Se considerarán los textos de ambas formas del rito, a saber, la forma extraordinaria, es decir los formularios contenidos en el Misal Romano promulgado por san Pío V y el Breviario Romano (cuyas última edición fue realizada por san Juan XXIII); y los de la forma ordinaria, contenidos en el Misal Romano promulgado en 1969 por el beato Pablo VI (en su tercera edición de 2002), en el Leccionario y en la Liturgia de las Horas. Se abordan ambas en cuanto que son expresión de la lex orandi de la Iglesia[1], buscando así descubrir la riqueza que ambas formas presentan sobre el tema siguiendo una hermenéutica de la continuidad, ya que
En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande…Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto[2]
1.2.1 Breviario Romano
El Breviario Romano dispone para la celebración del Sagrado Corazón de diversos oficios estructurado de la siguiente manera:
1.2.1.1. I Vísperas
Los salmos que se recitan son el 109, 110, 111, 115 y 129. Las antífonas de los alaban la gran misericordia del Señor y la la suavidad de los mandamientos del Señor que son luz para los que a ellos se confían.
| 1. Suávi iugo tuo * domináre, Dómine, in médio inimicórum tuórum | 1. Con tu yugo suave * domina, Señor, en medio de tus enemigos |
| 2. Miséricors * et miserátor Dóminus: escam dedit timéntibus se. | 2. Misericordioso * y piadoso es el Señor, ha dado el alimento a los que lo aman |
| 3. Exórtum est * in ténebris lumen rectis; miséricors et miserátor Dóminus. | 3. Surgió * entre las tinieblas una luz para los justos; el Señor misericordioso y piadoso |
| 4. Quid retríbuam * Dómino pro ómnibus quæ retríbuit mihi? | 4. Como reitribuirte * Señor por todos el bien que me has hecho |
| 5. Apud Dóminum * propitiátio est et copiósa apud eum redémptio | 5. Con el Señor está la misericrodia y la redención copiosa. |
El salmo 109 es un salmo real en el que canta la soberanía del Señor y como hace partícipe al rey de su gobierno, por tanto, es exaltado por Él, y de su sacerdocio eterno.
El salmo 110 es un salmo de alabanza, en el cual se agradece y recuerda las maravillas del Señor en la elección del Pueblo y su redención. Finalmente invita al temor del Señor como principio de la sabiduría.
El salmo 111 recuerda la bendición del Señor sobre el hombre justo, aquel que observa sus mandatos, que se apiada de sus hermanos y que tiene su corazón puesto en Él, será bendecidos con bienes, prosperidad y la justicia divina; frente a éste contrapone a los impíos y su mala destino, que terminan por envidiarlo y fracasar.
El salmo 115 representa una acción de gracias de un hombre que ha sido salvado por Dios y que reafirmar su confianza en Él a través del cumplimiento de sus mandatos
El salmo 129 invita al Pueblo a poner la esperanza en el Señor, confiando en su misericordia y perdón, al modo en que el centine la espera la aurora, es decir con la certeza que el futuro que seguramente vendrá dará seguridad, pues el Señor redime a su Pueblo.
El capítulo está tomado de la Carta a los Efesios 3, 8-9 el cual presenta a Cristo como fuente de innumerables riquezas y al apóstol como el encargado de iluminar aquello que había permanecido misterioso o escondido en Él. El corazón de Jesús es el lugar donde se nos revela el amor de Dios por el hombre.
El himno En ut superba criminum presenta al corazón de Cristo sufriente por el pecado del hombre, pero de la herida provocada nace su Iglesia que continua su obra redentora a través de la gracia que se derrama a través de los siete sacramentos. El hombre ha de renunciar definitivamente al pecado y procurar imitar en el amor a Jesucristo.
| En, ut superba criminum Et sæva nostrórum cohors Cor sauciávit ínnocens Merentis haud tale Dei! Vibrántis hastam militis Peccáta nostra dirigunt, Ferrumque diræ cuspidis Mortale crimen acuit. Ex Corde scisso Ecclésia, Christo iugata, náscitur: Hoc ostium arcæ in látere est Génti ad salútem positum. Ex hoc perennis grátia, Ceu septiformis fluvius, Stolas ut illic sordidas Lavémus Agni in sánguine. Turpe est redire ad crimina, Quæ Cor beátum lacerent: Sed æmulemur córdibus Flammas amoris indices. Iesu, tibi sit gloria, Qui Corde fundis grátiam, Cum Patre, et almo Spiritu, In sempiterna sæcula. Amen. | Ved cómo la soberbia y despiadada Legión de nuestro crimenes ha herido el Corazón inocente ¡No merecía eso tal Dios! Vibrando la lanza del soldado (la cual) dirigía nuestros pecados El temor de la hoja afilada Del crimen mortal aguzado Del desgarrado Corazón la Iglesia, su Esposa, nace: Ésta es la puerta del arca abierta en el costado Puesta para la salvación de los pueblos De esta perenne gracia, Como en siete ríos Para que nuestras ropas sucias Lavemos en la sangre del Cordero Torpe es volver a los pasados crímenes Que el Corazón beato rompen: Mejor es que lo emulen nuestros corazones Y se enciendan en llamas de amor Jesús, a ti sea la gloria, cuyo Corazón efunde la gracia, con el Padre y el Espíritu por los siglos eternos. Amén. |
El texto de la antífona al Magníficat está tomado de Lc 12, 49. Habitualmente este pasaje de la Sagrada Escritura se interpreta bajo la persona del Espíritu Santo, es el fuego de su amor el que arde en el Corazón de Cristo y que se esparce por la herida de su costado, por su Iglesia, a todo el mundo.
| Ignem veni míttere in terram, et quid volo nisi ut accendátur? | He venido a traer fuego al mundo, y ¡cuánto deseo que esté ya ardiendo! |
Se concluye finalmente con una oración propia
| Deus, qui nobis in Corde Fílii tui, nostris vulneráto peccátis, infinítos dilectiónis thesáuros misericórditer largíri dignáris; concéde, quǽsumus, ut illi devótum pietátis nostræ præstántes obséquium, dignæ quoque satisfactiónis exhibeámus offícium. | Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, te dignaste efundir piadosamente los infinitos tesoros de tu amor; concede, que nosotros, prestandole el devoto obsequio de nuestra piedad, le demos también el deber de una satisfacción condigna. |
Ésta se mantiene para las demás, horas y para la misa según la forma extraordinaria y como una colecta opcional para la misa votiva de la forma ordinaria. En ella se hace alusión al corazón Herido de Jesucristo por los pecados de los hombres, con el fin de sanarlos a través de los tesoros que brotan de Él, los cuales han sido donados por el Padre de manera ilimitada, de tal manera que donde abundó el pecado sobreabunda la gracia (cf. Rm 5, 20). Ante Él, el cristiano busca corresponder con un amor piadoso, para poder satisfacer por los beneficios recibidos.
1.2.1.1 Maitines
Compuestos por 9 salmos y 9 lecturas con sus responsorios correspondientes agrupados en 3 Nocturnos, junto con un himno y una oración propia que será la misma a lo largo de las diversas horas.
La antífona del salmo invitatorio con el que se abre la alabanza del día expresa la razón de la herida del Corazón de Jesús, no es la lanza sino su Amor por los hombres, ese amor que a lo largo de la jornada se contempla en las antífonas de la salmodia como Misericordia.
| Cor Iesu amóre nostri vulnerátum* Veníte, adorémus. | Al corazón de Jesús herido de amor por nosotros* Venid, adoremos |
El himno Aucto beati saeculi espropio del oficio, fue compuesto por Filippo Bruni en 1771. Tiene como punto de partida la descripción de la divinidad de Jesucristo, ya que se le confiesa como Dios verdadero, Creador y redentor haciendo un eco de lo que se confiesa en la profesión de fe cuando se dice que es Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero, genitum, non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt. Qui propter nos homines et propter nostram salutem descendit de caelis.
Se confiesa su amor restaurador del género humano como motivo de la Encarnación, y se vincula su Amor creador al Amor misericordioso que perdona los pecados. Así el Corazón de Cristo es la fuente de la gracia del perdón de la cual brota el agua y la sangre que purifica al hombre. Concluyendo con una doxología Trinitaria.
| Auctor beáte sæculi, Christe Redémptor ómnium, Lumen Patris de lúmine, Deúsque verus de Deo. Amor coégit te tuus Mortále corpus súmere, Ut novus Adam rédderes, Quod vetus ille abstúlerat. Ille amor, almus ártifex Terræ marísque, et síderum, Erráta patrum míserans, Et nostra rumpens víncula. Non Corde discédat tuo Vis illa amóris íncliti: Hoc fonte gentes háuriant Remissiónis grátiam. Percússum ad hoc est láncea, Passúmque ad hoc est vúlnera: Ut nos laváret sórdibus, Unda fluénte, et sánguine. Iesu, tibi sit glória, Qui Corde fundis grátiam, Cum Patre, et almo Spíritu, In sempitérna sæcula. Amen. | Autor beato del mundo, Cristo Redentor de todo, Luz de luz del Padre, y verdadero Dios de Dios. Tu amor te empuja a asumir un cuerpo mortal, para devolvernos, nuevo Adán, aquello que nos había quitado el antiguo. Aquel gran amor artífice de la tierra, del mar y de las estrellas, del error de los padres tuviste piedad y rompes nuestras cadenas (vínculo). No se aparte tu Corazón aquella flama de noble amor: de esta fuente la gente obtenga la gracia del perdón. Por esto fue ese atravezado con la lanza, para esto sufrió las heridas, para lavarnos de las manchas corporales con el agua y con la sangre. Gloria a ti oh Jesús, que del Corazón efundes gracia, junto con el Padre y el Espíritu Santo por siglos eternos. Amen. |
El primer nocturno está integrado por los salmos 32, 35 y 40. Las antífonas describen el Corazón de Cristo como sede de sus pensamientos, las traducciones actuales del Misal Romano harán equivaler el latín cogitationes por proyectos, lo que en el fondo quiere dar a entender que el plan divino de Amor para el hombre nace del Corazón de Cristo, es decir se trata de un amor Providente, pues de Él procede la vida que colma al hombre. Curiosamente la tercera antífona canta la contradicción a la que se enfrentará este amor, pues a pesar de su generosidad, no encuentra sino traición.
| 1.Cogitatiónes * Cordis eius in generatióne et generatiónem. 2. Apud te * est fons vitæ; torrénte voluptátis tuæ potábis nos, Dómine. 3. Homo * pacis meæ, qui edébat panes meos, magnificávit super me supplantatiónem | 1.Los pensamientos * del Corazón de generación en generación 2. Junto a ti * está la fuente de la vida; y tú nos quitarás la sed en el torrente de tus delicias, oh Señor 3. El hombre que estaba en paz conmigo * el comía de mi pan, ordenó contra mí una gran traición |
El Salmo 32 es un salmo de alabanza a Dios en el se aclaman su fidelidad, justicia, misericordia, poder creador, providencia divina y su conocimiento del corazón de los hombres, concluyendo con un acto de confianza en el Señor.
El Salmo 35 presenta el perfil del impío que trama el mal contra el justo, la misericordia de Dios y como Él es la fuente de la vida, concluyendo con una invocación de protección.
El Salmo 40 canta a bendición de Dios sobre el hombre que auxilia al débil y enfermo, la aflicción de éste frente al mal que le desean incluso aquellos de quienes se fíaba, concluyendo con una súplica de sanación y el deseo de estar en la presencia del Señor.
El primer responsorio es el texto de san Mateo en el cual se presenta la humildad y mansedumbre del Corazón de Cristo como modelo para el cristiano.
| V. Tóllite iugum meum super vos et díscite a me. R. Quia mitis sum et húmilis Corde | V. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprendan de mí R. Que soy manso y humilde de Corazón |
Hasta aquí, haciendo una lectura cristológica del primer nocturno se pueden entresacar algunas características del Corazón de Jesús, Él es Fuente de la Gracia, y conjuga un Amor Providencial que busca el bien de sus amados, es a la vez un amor que sufre mansa y humildemente, y que se pide ser emulado.
La primera lectura, tomada de Jeremías 24, 5-7 anuncia el retorno del exilio y el establecimiento de una Nueva Alianza que tendrá por signo la creación de un corazón Nuevo en los hombres. Del Corazón de Cristo y en Él, comienza la renovación del corazón del hombre.
La segunda lectura, tomada de Jeremías 30,18-19; 30,21-24 anuncia el regreso de los deportados y el cambio de su situación de la tristeza a la alegría, el Señor se compadece y saca a un Jefe de entre ellos que se acercará a Él. Se trata de un oráculo mesiánico en el cual podemos ver a Cristo quien da la verdadera libertad a los hombres y en quien la humanidad se ha acercado tanto a la divinidad, en Él, en su Corazón se da la perfecta correspondencia del Amor humano al Divino. El responsorio por su parte anuncia el desprecio y sufrimiento que soporta este Corazón amante por la infidelidad y falta de correspondencia de los hombres
La tercera lectura, tomada de 31,1-3; 31,31-33, describe el amor de Dios bajo la dimensión de la eternidad, y como de Él brota una nueva alianza en la que el hombre se unirá a su Dios por lazos de misericordia. A ellos se aúna el responsorio que describe a la grandeza de la caridad del Corazón de Jesús, de hecho, la palabra nímian se traduce literalmente por “excesiva” es decir, que su amor es superabundante.
El segundo nocturno contempla los salmos 46, 60 y 93. Las antífonas cantan la soberana realeza de Dios, la exaltación de Jesús y los sufrimientos de su corazón.
| 1. Rex omnis terræ * Deus; regnábit super Gentes. 2. Dum anxiarétur * Cor meum, in petra exaltásti me. 3. Secúndum multitúdinem * dolórum meórum in Corde meo, consolatiónes tuæ lætificavérunt ánimam meam. | 1. Rey de toda la tierra * es Dios; el reinará sobre la gente 2. Cuando angustiado * estaba mi Corazón, en la piendra me ensalzaste. 3. Según la multitud * de los dolores en mi Corazón, tus consolaciones alegraron mi alma |
El salmo 46 es un salmo real, en el cual se anuncia la soberanía de Dios sobre toda la tierra, la elección por amor de Israel y una continuación invitación a la alabanza divina.
El salmo 60 manifiesta el deseo de estar en la roca inaccesible y defensora, de estar en su Tienda, se trata en fin de estar en el lugar de la presencia de Dios y concluye con una súplica por el rey.
El salmo 93 es también un salmo real, presenta a Dios como Juez, la maldad de los impíos, el conocimiento que el Señor tiene de lo más profundo del hombre y la confianza que en Él tienen sus fieles pues su protector
El responsorio del segundo nocturno es una confesión del propio pecado y una apelación a la misericordia divina.
De estos salmos y el responsorio podemos colegir que el Corazón de Cristo es Soberano, está para reinar en el amor y juzgar con rectitud, Él se presenta como el nuevo Templo en el cual el hombre encuentra su protección y en el cual está el lo más santo, la Caridad divina, que se manifiesta en misericordia hacia el pecador arrepentido.
En la cuarta lecturase comienza la lectura de una encíclica de Pio XI, la cual se extenderá hasta la sexta, en esta primera sección se habla de como los Padres, Doctores y Santos hablaron de las gracias que brotaron del costado herido de Jesús, y como después del medioevo se desarrolló una atención a su humanidad herida. Asimismo, se menciona el hecho que este culto emerge con gran auge gracias a la intervención de san Jean Eudes en momentos en que surgían doctrinas que buscaban alejar a los Cristianos de la Eucaristía. El responsorio trata de la cercanía del Señor, su clemencia, paciencia y misericordia.
En un segundo momento, en la quinta lectura, se explica como el culto pleno y perfecto al Corazón de Jesús vino por la acción que Dios realizó en santa Margarita María una jovencita amante de la Eucaristía que fue monja y que conto con la ayuda de Religiosos directores. El responsorio correspondiente retoma las palabras de Cristo en su grito de alabanza al Padre por la bondad de haber revelado los misterios divinos a los pequeños.
En la sexta lectura se aborda el aporte de los Papas a lo largo de la historia en favor del Culto al Sagrado Corazón, han intervenido Clemente XII, el cual aprobó la Misa y el Oficio, Leon XIII, quien le consagró el mundo (de lo que derivó también la devoción de las familias) Pio XI, quien elevó la fiesta a Rito doble de primera clase con Octava, bajo la perspectiva de Cristo Sumo Rey y Señor, y la devoción de una oración hecha por todos los fieles. En el responsorio se puede ver una referencia implícita a la dimensión eclesial que se armoniza con las intervenciones de los diferentes pontífices y como en la Iglesia es que las naciones darán la alabanza al amor divino.
En el tercer nocturno se contemplan los salmos 96, 97 y 107. Las antífonas presentan una invitación a la alabanza divina, la cual realizan los hombres que aman al Señor desde todos los confines de la tierra.
El salmo 96 es una alabanza al Señor, una alabanza cósmica se podría decir por la manera en que se presenta la creación en movimiento ante el poder del Altísimo, concluye con una invitación a los justos a la fidelidad .
El salmo 97 canta el reconocimiento universal de Dios y muestra a la naturaleza en alabanza ante el paso del altísimo.
El salmo 107 canta la misericordia y la fidelidad del Señor, así como también se le presenta una alabanza y una súplica de victoria.
Podemos ver un elemento latreutico presente de modo especial en estos salmos que invitan a la alabanza de Dios, en la línea del Oficio podríamos hablar de una invitación universal a la adoración al Corazón de Cristo, autor de toda la creación como se decía en el himno y el cual manifiesta la fidelidad y la misericordia de Dios. El responsorio del tercer nocturno enlazado a los salmos correspondientes puede leerse en como un reconocimiento del Creador a través de la creación, la cual brotó también del amor del cual es símbolo el Corazón de Cristo.
En laséptima lectura se presentan dos textos de particular importancia, el pasaje del evangelio de san Juan 19, 31-37 , en el que se narra como la lanza de un soldado atravieza el pecho de Cristo y una homilía de san Buenaventura, tomado del Liber de ligno vitae, en la cual se comenta el mismo texto exponiendo como de esa herida nace la Iglesia, brotan los sacramentos y la vida divina, y se invita al hombre ha acercarse a la fuente que brota del costado del crucificado. El responsorio nos pone en perspectiva como todos serán atraídos en este momento hacia Él.
La octava lectura, es un texto extraído del De vita mysitica, quemuestra al corazón de Jesús como la perla escondida por la cual se dejan los demás tesoros, los cuales simbolizan los pensamientos y afectos que suscita todo aquello que no es Cristo. Asimismo, se destaca la acción de su amor en terminos de atracción, pues es Él quien toma la iniciativa para llevar hacia sí al hombre. El responsorio enuncia como la imitación de Dios se ejerce a través de la caridad.
En la novena lecturase continúa la lectura del libro anterior y se habla nuevamente del corazón herido no sólo física sino espiritualmente, por esa herida el hombre puede entrar en Él y huir de las perturbaciones.
1.2.1.2 Laudes
Los salmos que se recitan son el 92, 99, 62, Dn 3, 57-65, y el 148. Las antífonas están tomadas de los pricipales pasajes de la Sagrada Escritura asociadas al Corazón santísimo de Cristo, en ella se presenta como la fuente de la vida de la gracia que se abre en la Cruz y que se derrama por amor para la salvación de los hombres y que reclama como correspondencia su fidelidad.
El 92 es un salmo real , se aclama su estabilidad, duración y poder.
El sal 99 es un salmo de alabanza en el que se reconoce la bondad y misericordia del Señor e invita a todas las naciones, particularmente su pueblo elegido, a unirse a esta aclamación.
El Sal 62 El alma tiene una sed profunda de Dios, se contrapone el destino del perseguidor al del rey justo que se ha fiado del Señor
El cántico de los jóvenes en el horno de Daniel 3, conocido como Benedicite por el modo en que comienza, es similar al salmo siguiente en cuanto que presenta a los diferentes elementos de la creación dando una alabanza a Dios, el cantico culmina con la intervención del hombre, mostrando como es a través de éste que se le da a Dios el culto debido.
El Sal 148 presenta una alabanza de todo la creación al Señor, pues es el autor de cuanto existe y su Nombre, su gloria, es grande.
Del perfil presentado por los salmos el Corazón de Cristo viene visto bajo su aspecto real, al cual deben venir toda la creación y todos los pueblos en alabanza pues su bondad y misercordia son reflejo de su Gloria.
El himno[3] Cor Arca Legem presenta a Jesús como nuevo Templo el cual tiene como Sancta Sanctorum su Corazón, es el lugar donde se sella la nueva alianza en el sacrificio cruento y místico que se realizó en el Calvario.
| Cor, arca legem cóntinens Non servitútis veteris, Sed gratiæ, sed véniæ, Sed et misericórdiæ. Cor, sanctuárium novi Intemerátum fœderis, Templum vetústo sánctius, Velúmque scisso utílius. Te vulnerátum cáritas Ictu paténti vóluit, Amóris invisíbilis Ut venerémur vúlnera Hoc sub amóris symbolo Passus cruénta et mýstica, Utrúmque sacrifícium Christus sacérdos óbtulit. Quis non amántem rédamet? Quis non redémptus díligat, Et Corde in isto séligat Ætérna tabernácula? Iesu, tibi sit glória, Qui Corde fundis grátiam, Cum Patre, et almo Spíritu, In sempitérna sǽcula. Amen. | Corazón, arca que contiene la ley No de la antigua servidumbre, Sino de la gracia, sino del perdón y de la misericordia Corazón santuario purísimo De la nueva alianza Templo más santo que el antiguo Y velo más útil que el otro rasgado Tu caridad te quiso atravezado De un golpe de una lanza visible, para que de tu amor invisible nosotros venermos las llagas Bajo este símbolo de amor Sufriendo en modo cruento y místico, el doble sacrificio ofreció Cristo sacerdote ¿Quién no amará al que tanto nos ha amado? ¿Quién de los redimidos no lo amará y en este Corazón elegirá la morada eterna? Oh Jesús, sea ti la gloria, que del Corazón efundes la gracia, junto con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos eternos. Amén |
Si el corazón de Cristo es el símbolo del amor de Dios, este es por tanto el lugar donde se encuentra el arca que contiene no las tablas de la Ley mosaica sino la ley del amor cristiana, y no se trata sólo de una normativa moral a seguir sino que en Él se encuentra también la fuente de la gracia que permite su cumplimiento, y de cuya expansión por el mundo nos sirven de testimonio las llagas del crucificado, es un amor que llega hasta el punto del propio sacrificio. A este amor que late en el corazón de Cristo, todo hombre debe corresponder, no puede haber uno que quede indiferente.
La antífona del Benedictus retoma el cumplimiento de una profecía de Zacarías 12, 10, en la cual se conjugan al Pueblo que hace luto por un personaje que ha sufrido y una mirada puesta en Dios, que llega a salvar a su Pueblo y derrotar a sus enemigos. Ambas cosas pueden contemplarse el crucificado en cuyo Corazón ardían un amor divino y un amor humano perfectos, verdadero Dios y verdadero hombre que salva por su inmolación en la cruz.
| Facta sunt * enim hæc ut Scriptúra impleréntur quæ dicit: Vidébunt in quem transfixérunt. | Han sucedido * estas cosas para que se cumpliera la Escritura que dice: Mirarán al que traspasaron. |
1.2.2.3 Horas menores
Para Prima, Tercia, Sexta y Nona, los elementos propios son las antífonas y los capítulos con sus responsorios. Las primeras son tomadas de las Laudes, en los segundos se medita en Ef 3, 8-19 seccionado en tres partes. Se dirige una súplica de fortaleza al Señor en el renovamiento espiritual de los cristianos pues Él es la fuente de toda gracia y es la luz que ilumina a los cristianos descubriéndoles la ciencia de la caridad (scientia caritatis) de Cristo. Los responsorios recuerdan la llamada a imitar la mansedumbre y humildad de Cristo, la súplica de perdón ante Aquél que es capaz de sanar las almas y cómo ha dejado huella de su amor en la creación.
1.2.2.4 II Vísperas
Los salmos[4] que se recitan son el 109, 110, 115, 127 y 147. Las antífonas son como en Laudes.
El salmo 127 recuerda la bendición del Señor para el que camina con fidelidad en sus caminos, ella se derrama a toda su familia y se extiende a lo largo del tiempo.
El salmo 147 recuerda el favor del Señor que da seguridad a su Pueblo, sea de las amenazas de los pueblos vecinos, o sea en termino de prosperidad material que manifiesta en sus campos de trigo fértiles, asimismo recuerda cómo este ha gozado del favor del Todopoderoso cuyo poder se manifiesta hasta en los eventos naturales.
La salmodia retoma los elementos de realeza y alabanza de otras ocasiones, pero de modo especial en esto se destaca el sacerdocio del rey y el elogio de la sabiduría divina y la bendición que viene de la fidelidad a su palabra. En este sentido podríamos ver como a través de estos salmos se presenta el Corazón de Cristo sacerdote como la fuente del amor que transforma los corazones y escribe en ellos la sabiduría que viene del alto, ya no se escribe la sabiduría del Pueblo en tablas de piedra sino en corazones de carne.
La antífona del magnificat recuerda nuevamente el momento en que el costado de Cristo fue traspasado por la lanza del soldado.
| Ad Iesum autem * cum veníssent, ut vidérunt eum iam mórtuum, non fregérunt eius crura, sed unus mílitum láncea latus eius apéruit et contínuo exívit sanguis et aqua. | A Jesús también * vinieron, y lo vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, pero uno de los soldados con una lanza le abrió el costado, y de inmediato salió sangre y agua. |
1.2.2 Misal Romano 1962
El contenido del Introito (Cogitationis Cordis…), Collecta y de la Epistola (Ef 3, 8-19)de la santa Misa han sido considerados ya al interior del comentario del oficio, sea que se presenten como antífonas a los salmos, en los capítulos de las horas menores o en la oración conclusiva.
El canto del gradual tomado del Sal 24, 8-9 recuerda la justicia del Señor que manifiesta en su ley con la que corrige los caminos de los que andan errados y con humildad y mansedumbre se acercan a Él.
| Dulcis et rectus Dóminus: propter hoc legem dabit delinquéntibus in via. V. Díriget mansúetos in iudício, docébit mites vias suas. | Dulce y justo es el Señor: por eso da su ley a los que erraban en sus caminos. V. Conduce a los humildes según la justicia y enseña sus caminos a los mansos |
El Tractus propuesto tomado del sal 102, 8-10 recuerda la misericordia del Señor que no nos castiga según merecerían los propios pecados.
| Misericors et miserátor Dominus, loganismis et multum miséricors. V. Non in perpétuum irascétur, neque in aetérnum comminábitur. V. Non secúndum peccáta nostra fecit nobis, neque secúndum iniquitatátes nostras retribuit nobis. | El Señor es misercordioso y compasivo, lento a la cólera y rico en bondad. V. El está siempre encolerizado, ni amenaza para siempre. V. El no nos trata según nuestros pecados, ni nos castiga según nuestras iniquidades. |
El Evangelio de la Santa Misa pone presenta el pasaje san Juan 19, 11-37 en el que se contempla la transfixión, el momento en que es traspasado el costado de Jesucristo y el instante en el que de él brota sangre y agua.
La oración del ofertorio, tomada del Sal 68, 21 recuerda la tristeza experiementada por Jesucristo en su pasión. Y que recuerda también las palabras de Jesús a santa Margarita María al considerar la poca correspondencia que se tiene al amor de su Corazón.
| Impropérium exspectávi Cor meum et misériam: et sustínui, qui simul mecum contristarétur, et non fuit: consolántem me quæsívi, et non invéni | Mi Corazón se esperaba los improperios y la miseria: y esperé, a alguien que se contristara conmigo, y no encontré: busque quien me consolara y no encontré. |
En otra propuesta de oración para el ofertorio, tomada del Sal 39, 7-9 se presenta al Corazón de Cristo como modelo de un corazón que lleno de amor se dispone totalemente a hacer la voluntad de Dios
| Holocaustum et pro peccácto non postulásti ; tunc dixi : Ecce vénio. In capite libri scriptum, est de me, ut fácerem voluntátem tuam: Deus meus, vólui et legem tuam in médio cordis mei, alleluia. | No pediste holocausto por el pecado entonces yo dije: Aquí estoy, yo vengo, según esta escrito de mi en tu libro, para hacer tu voluntad; mi Dios, yo lo he querido, y tu Ley esta en medio de mi corazón, aleluya. |
En la Secreta se pide al Padre ver el corazón del Hijo para que la ofrenda sea agradable, es decir por el Corazón de Cristo el amor de los hombres llega al amor de Dios y expia sus culpas.
| Réspice, quǽsumus, Dómine, ad ineffábilem Cordis dilécti Fílii tui caritátem: ut quod offérimus sit tibi munus accéptum et nostrórum expiátio delictórum. | Considera Señor, te pedimos, el amor inefable del corazón de tu Hijo amado, para que nuestra ofrenda sea un presente agradable y una expiación por nuestras faltas. |
El prefacio propio De sacratissimo Cordis Iesu declara que el corazón de Cristo es el santuario de la liberalidad, pues de de Él, brotan sus gracia y misericordia infinitas, un amor que arde siempre por los hombres y el que encuentra refugio los que se acogen a Él a través de la penitencia. Así se presentan dos conceptos claves a la hora de considerar el cutlo del corazón de Cristo: por un lado, la gracia y misericordia divinas y por otro la correspondencia al amor divino por medio de la penitencia.
| …Qui Unigénitum tuum, in Cruce pendéntem, láncea mílitis transfígi voluísti: ut apértum Cor, divínæ largitátis sacrárium, torréntes nobis fúnderet miseratiónis et grátiæ: et, quod amóre nostri flagráre numquam déstitit, piis esset réquies et poeniténtibus pater et salútis refúgium… | …Tu quisiste que tu Hijo único, colgado en la cruz, fuera atravezado por la lanza del soldado, para que de su corazón abierto, santuario de liberalidad divina, repartiera en nuestro corazones los torrentes de misericordia y de gracia, y que, no cesan nunca de arder de amor por nosotros, el fue el descanso para nuestras almas pías y un refugio saludable accesible a los penitentes… |
Las antífonas de la comunión tomadas de Jn 19, 34 y 7, 37 recuerdan el Corazón de Jesús como la fuente de de la que mana la vida de la que están necesitados los hombres
| Unus mílitum láncea latus eius apéruit, et contínuo exívit sanguis et aqua. | Uno de los soldados le abrió el costado con la lanza y de inmediato salió sangre y agua. |
| (in Pasqua) Si quis sitit, véniat ad me et bibat, alleluia, alleluia. | (En Pascua) Si alguno tiene sed, que venga mi y que beba, aleluya aleluya. |
El fruto que se pide obtener a través de la Santa Eucaristía expresado en la Postcomunio es un acrecientamiento del fervor que lleve a la ordenación correcta de los afectos, supeditando las cosas de la tierra a las del cielo.
| Praebeant nobis, Dómine Iesu, divínum tua sancta fervórem: quo dulcíssimi Cordis tui suavitáte percépta; discámus terréna despícere, et amáre coeléstia. Qui vivis et regnas …R. Amen. | Que estos santos misterios Señor Jesus, causen en nosotros un fervor divino; para que de tu corazón dulcísimo, aprendamos a menospreciar las cosas de la tierra y amar las del cielo. Que vives y reinas… R. Amen |
[1] Cf. Benedicto XVI, Motu Proprio Summorum Pontificum, 2007, Art. 1.
[2] Benedicto XVI, Carta del Santo Padre a los obispos que acompaña el Motu Proprio Summorum Pontificum, 2007.
[3] El capítulo que precede al Himno es el mismo que fue considerado para las I Vísperas.
[4] Los salmos 109, 110 y 115, así como el Capítulo y el Himno, fueron considerados anteriormente en las I vísperas.
IMG: Fotografía de la Abadía Saint Maddaleine – Le Barroux