Jueves – XXIII semana del Tiempo Ordinario- Año par
• 1Co 8, 1 b-7.11-13. Turbando la conciencia insegura de los hermanos, pecáis contra Cristo.
• Sal 138. Guíame, Señor, por el camino eterno.
• Lc 6, 27-38. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso.
El pasaje de la Escritura que contemplamos en san Pablo podría parecernos un tanto difícil de entender, sobre todo en un contexto muy diferente a aquel en que vivían los primeros cristianos. Recordemos que ellos eran una minoría que vivía en medio de un ambiente politeísta, en el cual los griegos sacrificaban diferentes animales a sus ídolos, la carne de aquellos animales estaba reservada en diferentes partes, sea que fuese quemada en holocausto, que fuese entregada para el sacerdote pagano o para consumo de la persona que ofrecía el sacrificio.
Los corintios sabiendo que los ídolos no son nada no pensaban hubiese reparo en comer de aquella carne, el conocimiento de esta realidad, es lo que san Pablo llama “ciencia”, han conocido la verdad de las cosas y por tanto no creen hacer algún mal si consumían de aquella carne. Sin embargo, el apóstol les hace una advertencia, aquella acción puede ser dañina si es ocasión de escándalo para un recién converso al cristianismo, puede ser que aquel que está débil en su fe aún quiera regresar al paganismo pensando que aquel sacrificio pagano valía algo.
Así Pablo, les recuerda que en el obrar moral del cristiano no sólo miramos un aspecto sino varios, se dice que para juzgar la bondad o malicia de una acción, hemos de atender al objeto, fin y circunstancias de aquello que hacemos, si estos tres elementos son buenos, estamos ante un acto bueno, si al menos uno de ellos es malo, todo el acto es malo. En este caso el objeto era indiferente comer carne, el fin podría ser bueno por ejemplo participar una reunión con un amigo con una ocasión especial, sin embargo la circunstancia podía cambiar todo, por ejemplo la presencia de un hermano que hace poco se había convertido a la fe que pudiera escandalizarse por la acción.
A san Pablo lo que más le llama la atención es ver en que tan poca consideración tenían al prójimo, Juan Crisóstomo comentando este pasaje diría: «La fuente de todos los males de los corintios no estaba en la falta de ciencia, sino en la falta de caridad y de preocupación por el prójimo. Ésta era la fuente de los cismas que dividían esta iglesia, de la vanidad que los obcecaba y de todos los desórdenes que el Apóstol ha censurado precedentemente y censurara todavía. (…). Tened caridad, así vuestra ciencia no tendrá riesgos. Quiero que vuestra ciencia sobrepase la de vuestros hermanos. Si los amáis, lejos de elevaros por encima de ellos y de despreciarlos, trabajaréis por hacerles participar de vuestras luces» (S. Juan Crisóstomo, In 1 Corinthios, 20, ad loc.).
En pocas palabras san Pablo está invitando a hacer que todo su obrar estuviese marcado por el amor, esto es un reflejo de aquello que Cristo nos dice en el Evangelio “sean misericordiosos como su Padre celestial es misericordioso”, ésta es la marca de los cristianos, nada puede ser del todo indiferente, en todo debe relucir el amor, en el pasaje que meditamos de san Lucas hoy, se nos invita a tener esta actitud incluso con los enemigos, podríamos decir que esta es la “venganza de los santos” devolver bien por mal, hacer de toda ocasión una oportunidad para crecer en el amor, puesto que cuando vencemos nuestras repugnancias naturales al hacerle el bien a quien nos ha procurado un daño, cuando sabemos ser generosos en medio de nuestras limitaciones, cuando aprendemos lo que significa “negarse a sí mismo, tomar la Cruz y seguir al Maestro” entonces es cuando damos verdaderos pasos de fe rumbo a la felicidad del Reino de los cielos.
Este es un llamado también para nosotros a valorar bien nuestras acciones antes de realizar, preguntarnos ¿qué frutos se conseguirán de esta situación?, ¿cuál es mi propósito al hacer x o y cosa? ¿las circunstancias como afectan mi obrar?, ¿con esto ayudo a mi hermano?, ¿considero que mis acciones tienen repercusiones sobre otros? ¿sé manifestar el amor misericordioso de Dios en las cosas que realizo?
Con razón decía santa Teresa de Calcuta:
“La Bondad ha convertido a más personas que el celo, la ciencia y la elocuencia. La santidad aumenta más rápido cuando hay bondad. El mundo se pierde por falta de dulzura y amabilidad”(El amor más grande)
IMG: «El hijo pródigo» de Murillo