Iluminando el universo

Martes santo

El segundo cántico del Siervo sufriente nos abre el campo a la misión salvífica de Cristo, luz que viene a disipar toda tiniebla, que viene a iluminar todo lo que encuentra en su camino, que viene revelar la verdad de todas las cosas.

El plan del Señor alcanza a todos los hombres, tiene una dimensión universal, ya en otras ocasiones hemos escuchado que su voluntad es que «todos los hombres y lleguen al conocimiento de la verdad» y la verdad sobre la excelencia de la vocación a la que han sido llamados la encuentran en Jesús, pues como dirían los padres conciliares en el Vaticano II, en Cristo, Dios revela al hombre lo que el hombre realmente es.

Y parecería paradójico hablar que la voluntad de Dios es que todos se salven, y luego escuchar decir a Cristo acerca de Judas «más le valiera no haber nacido» o escuchar discursos acerca del infierno y la condenación eterna de algunas almas, ¿cómo se compagina eso?

Todo se entiende bajo la luz del amor, el cual exige el ejercicio de la voluntad. Dios respeta nuestras elecciones, Él quiere nuestro bien, y el mejor bien posible en cada caso, para alcanzarlo basta que lo secundemos haciendo su voluntad. Pero existe también la posibilidad de rechazarlo en virtud de nuestro libre albedrío, porque el amor verdadero exige la libertad, sino no puede llamarse amor.

El hombre que elige el mal ciertamente no usa su libertad, sino que actúa esclavo del pecado y del desorden interior que este desata, la libertad sólo es tal cuando tiende al bien, y se ejercita cuando elige entre dos bienes posibles.

Ser verdaderamente libres es por tanto parte del plan de Dios, porque solo quién es libre puede hacer la voluntad de otro, no movido por el miedo o el vicio sino por el amor.

Que el Señor nos conceda la gracia de saber reconocer su voluntad amorosa para nuestras vidas y podamos ser buenos colaboradores de su plan de salvación como auténticos discípulos y misioneros para su Gloria

Nota: vitral en la parroquia del Sacratísimo Corazón en Eureka, MO, fotografía de Jeff Geerling