El verdadero descendiente de David

18 de diciembre – Novena de Navidad

Jer 23, 5-8. Yo haré surgir un renuevo en el tronco de David
Sal 71. Ven, Señor, rey de justicia y de paz
Mt 1, 18-24. Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

La profecía de Jeremías es una palabra esperanzadora a un pueblo que vive en el exilio, se anuncia el surgimiento de un líder que conduciría al Pueblo del Señor de nuevo a su tierra, de modo inmediato ciertamente puede verse esto cumplido en los grandes líderes de la antigüedad Zorobabel, Esdras o Nehemías, sin embargo el profeta abre a un horizonte más amplio, pues ubica a este dirigente dentro de la casa de David, le atribuye una dignidad real, dándole así un sentido de mesianismo real. Se trata del Ungido del Señor que habría de gobernar al Pueblo con justicia y prudencia, llevándoles a vivir en plenitud la Ley, es decir, realizando plenamente la voluntad de Dios. El Mesías rey será ocasión de gran bendición puesto que salvará a Israel completo, ya que se anuncia la reunificación del Reino del Norte y del Sur, y los llevará de nuevo a su propia tierra, a la tierra prometida. El final del pasaje es sumamente significativo puesto que el cambio de decir “Bendito sea el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto” a decir “Bendito sea el Señor, que saco a Israel del país del norte  de los demás países donde los había dispersado” quiere decir que las maravillas que obraría el Señor serían mucho mayores que aquellas que habría obrado en la antigüedad.

La llegada del Niño nacido en Belén para la salvación de la humanidad ciertamente inauguran los tiempos del Mesías salvador, Cristo Jesús que morirá por amor en el madero de la Cruz, nos reconcilia y atrae hacia sí, no solo dos reinos que se encontraban divididos, sino que reunifica a la humanidad entera en Él para hacerlo entrar en comunión con el Padre en el amor del Espíritu Santo. Él es el verdadero descendiente de David, el verdadero Rey del Nuevo Israel que se congrega en la santa Iglesia de Dios, si grande fue la bondad de Dios que creó cuanto existe y que hizo al hombre a su imagen y semejanza, mucho mayor fue su misericordia que nos mereció tan grande Redentor.

Este es el hijo de David que habría de nacer de la Virgen Madre, es el verdadero Dios con nosotros que se anuncia y confía a san José, es el Hijo de Dios vivo que se encarna en el seno de María santísima haciéndose uno de nosotros para llevarnos a gozar de la vida eterna y de la dignidad de hijos como Él.

“¡Sí, Dios con nosotros! Hasta entonces se había dicho Dios está por encima de nosotros, Dios frente a nosotros, pero hoy es el Emmanuel. Hoy es Dios con  nosotros en nuestra naturaleza, con nosotros en su gracia; con nosotros en nuestra debilidad, con nosotros en su bondad; con nosotros en nuestra miseria, con nosotros en su misericordia; con nosotros por amor, con nosotros por lazos de familia; con nosotros por su ternura, con nosotros por su compasión. ¿Cómo podría él estar más cerca de mí? Siendo pequeño como yo, débil como yo, desnudo como yo, pobre como yo…en todo se ha hecho semejante a mí, tomando lo que es mío y dándome lo que es suyo. Yo yacía muerte, sin voz , sin sentido; ya ni tan solo poseía la luz de mis ojos. Hoy ha descendido este profeta poderoso en obras y palabras. Ha puesto su rostro sobre mi rostros, su boca sobre mi boca, sus manos sobre mis manos: se ha hecho el Emmanuel, ¡Dios con nosotros!”

San Elredo de Rievaulx¸ Sermón para la Anunciación.


IMG: «Natividad de Jesús» del Giotto