Cuando nos acercamos a los textos que la Iglesia nos propone para meditar en este domingo nos llama la atención como el uso de la riqueza y los abusos que se producen por hacer de ella un fin pueden causar grandes estragos en la vida de los hombres, las injusticias cometidas derivan de haber pervertido el uso de los bienes creados, en vez de reconocer en ellos un medio con el cual satisfacer las necesidades materiales de los hombres, se hace de ellos un fin en sí mismos. Por eso la doctrina social de la Iglesia nos recordará que no podemos hacer del lucro, es decir de la búsqueda de ganancias económicas, el fin de la vida del hombre.
“Un sistema que “sacrifica los derechos fundamentales de la persona y de los grupos en aras de la organización colectiva de la producción” es contrario a la dignidad del hombre (cf GS65). Toda práctica que reduce a las personas a no ser más que medios con vistas al lucro esclaviza al hombre, conduce a la idolatría del dinero y contribuye a difundir el ateísmo. “No podéis servir a Dios y al dinero” (Mt 6, 24; Lc 16, 13).” Catecismo n.2424
La palabra de hoy nos pone de manifiesto como la injusticia en esto no es algo que sólo se da en las grandes empresas, sino que puede ocurrir en lo pequeño y menudo del día a día, en esto el profeta Amós es clave con la lista de ejemplos que nos dio, podríamos actualizarlo, aquellos que se aprovechan de la necesidad del prójimo para subir injustamente los precios (o no hemos visto a caso como le suben el precio a los paraguas cuando se viene la lluvia), aquellos que no dan vueltos cabales, los usureros que cobrar tasas de intereses sumamente elevadas, los dueños de cantinas que mientras el alcoholico les pague les sigue vendiendo, las exortosiones, los que hacen trampas en los negocios o por otro lado el que sólo vive pidiendo rebaja no teniendo en cuenta el comercio justo y la necesidad también del vendedor, porque ojo, no se trata de rechazar el lucro en sí mismo sino lo que se rechaza son los medio injustos con que se puede realizar y el hacer de ello un fin.
“El desarrollo de las actividades económicas y el crecimiento de la producción están destinados a satisfacer las necesidades de los seres humanos. La vida económica no tiende solamente a multiplicar los bienes producidos y a aumentar el lucro o el poder; está ordenada ante todo al servicio de las personas, del hombre entero y de toda la comunidad humana. La actividad económica dirigida según sus propios métodos, debe moverse no obstante dentro de los límites del orden moral, según la justicia social, a fin de responder al plan de Dios sobre el hombre (cf GS 64).” Catecismo n.2426
Tener claro este punto nos lleva a recordar que cuando escuchamos en la carta a Timoteo que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, la salvación se entiende en un sentido integral, su cuerpo y alma, su dimensión terrena y su dimensión espiritual, recordando que los bienes de este mundo estan encaminados a los bienes eternos, nuestra colaboración en la extensión del Reino de Dios, implica ambas realidades, a la luz de la parábola del administrador injusto, en el que se elogia no la maldad sino la astucia con que obró, podríamos preguntarnos nosotros, ¿si los hijos de las tinieblas saben utilizar habilmente sus recursos para granjearse beneficios meramente terrenos, los hijos de la luz como los utilizamos para granjearnos los bienes eternos? Es decir ¿cómo estoy encaminando mis actividades, proyectos y bienes materiales de tal modo que con ellos acumule tesoros en el cielo? ello supone cultivar la virtud de la templanza, que regula mi apego a los bienes de modo que no caiga en la avaricia, la virtud de solidaridad, que me lleva a compartir los bienes con el pobre y necesitado, y también la virtud de la justicia que me lleva a ser recto en la administración de los bienes por pocos que sean.
Si tres lecciones pudieramos sacar hoy:
- La injusticias cometidas no pasan desapercibidas a la mirada de Dios
- El afán de riqueza no puede convertirse en el fin de la actividad del hombre, que ha sido creado para una vida mucho más alta y perfecta en Dios
- Los hijos de la luz hacen uso de los bienes terrenos para granjearse lo eternos y así colaborar en la edificación del Reino de Dios
IMG: «Parábola del Administrador injusto» grabado de Jan Luyken