Confianza y fidelidad

Miércoles – XXXIV semana – Año impar

Dn 5, 1-6. 13-14. 16-17. 23-28; Salmo: Dn 3, 62-67; Lc 21, 12-19

Curioso que habiendo sido anteriormente Daniel reconocido por el padre de este rey como un sabio hábil para la interpretación de los fenómenos sobrenaturales no se le consulta a él primero sobre el significado de éste, sino que se interroga primero a adivinos y magos, sin embargo este hecho sirve de ocasión para mostrar la sabiduría de Daniel, y la superioridad de su conocimiento, pues venía de lo Alto.

La interpretación es clara se anuncia el fin del reinado de Baltasar que no había sabido reconocer a Dios como lo había hecho el rey anterior a él (Cf. 2, 46) y hasta lo había despreciado cometiendo sacrilegio al utilizar los vasos y utensilios del Templo para su banquete, quedando condenada la vanidad del rey.

El profeta Daniel es un ejemplo para nosotros hoy, en medio del exilio, daba testimonio frente al rey de la grandeza de Dios, pues aunque le aludaban por la capacidad que tenía de interpretar sueños, él sabía que todo don proviene de Dios, y por ello incluso rechazaba los regalos, para que no creyeran que se podía manipular a Dios, pues el da a conocer lo que quiere cuando quiere. En Daniel obraba el Espíritu de Dios y él por su parte permanecía fiel a la Palabra del Señor.

«Imitemos a Daniel, que desprecia la dignidad y los regalos del rey, y que anteponiendo la verdad a la recompensa, ya que en aquel tiempo seguía los preceptos del Evangelio “gratis lo recibisteis; dadlo gratis”; por otra parte, al anunciar hechos tristes, le resultaba indecoroso aceptar de buen grado regalos»

San Jerónimo, Comentarios a Daniel 5, 17.

Continuando el discurso de ayer Jesús anuncia que en las persecuciones que padecen los cristianos por su nombre, Dios no dejará de asistirles pues el dará la asistencia y sabiduría necesaria para responder, es lo mismo que hemos estado leyendo que sucedía al profeta Daniel, y que encontramos en boca de tantos martires y confesores de la fe.

La persecución ha sido una característica de la vida de la Iglesia, a veces más evidente como sucede hoy en día con tantos cristianos en medio oriente, a veces más sútil, pero igualmente agresiva como sucede en nuestra sociedad occidental, en donde el relativismo y el hedonismo buscan permearse en la fe y conducta de los cristianos. Ante todo esto hemos de permanecer firmes en la fe, en el ejercicio de la virtud de la fortaleza a través de la paciencia.

“Por eso es necesaria una virtud que mantenga el bien de la razón contra la tristeza para que la razón no sucumba ante ella. De ahí lo que dice San Agustín en el libro De Patientia: Por la paciencia humana toleramos los males con ánimo tranquilo, es decir, sin la perturbación de la tristeza, para que no abandonemos por nuestro ánimo impaciente los bienes que nos llevan a otros mayores.”

Santo Tomás de Aquino II-II, 136, 1

El Señor invita a la confianza en medio de las dificultades, pues nuestras vidas están en sus manos no en la de los hombres, el Espíritu Santo nos sostendrá y nos dará lo que necesitemos para testimoniar con valentía y alegría la obra de Dios en nuestra historia, pero también está en nosotros el permanecer fieles a su voluntad, al camino que nos ha enseñado, correspondiendo a la gracia que nos dona. Un gran ejemplo de esto lo vemos en san Pablo, que prisionero testimonió a Jesucristo ante el Rey Herodes, su discurso frente al monarca esta permeado de la acción del Espíritu Santo.

Roguemos al Señor nos conceda la gracia de su santo Espíritu, y la docilidad del corazón para ser fieles a su palabra, aún en medio de las dificultades, para dar Gloria a su Nombre en medio de las realidades en las que nos desenvolvemos.

Nota: La imagen es una pintura llamada «El proceso del apóstol Pablo» de Nikolai Bodarevsky (1875)